Fatima Kojima es una modelo un tanto diferente a lo que siempre vemos: es una morena y claro que la veremos desnuda en estas sesiones de fotos para Playboy. No tengo que decirte que veras su coño y sus tetas, porque eso ya es un estándar aquí.
Porque más que hablar de modelos y glamour, aquí estamos para deleitarnos con la belleza, mujeres desnudas como Fatima Kojima enseñando sus encantos en Playboy o cualquier otra página, nos hace creer que el mundo es hermoso. Aunque esté a punto de irse a la mierda.
Es lo que pasa cuando tu cabeza quiere dosificar de la realidad, buscas un escape y generalmente debe ser ocio. En este caso, pornografía de chicas con mucho retoque digital que nos hace pensar en la perfección. Aunque esta no exista. Como dije, buscamos un escape irreal de lo que nuestros sentidos nos dicen.
Aun hoy en día hay personas que creen que la masculinidad es una especie de superioridad de género; otros piensan que es completamente lo contrario y se debe exterminar al macho. Pero no puede haber más estupidez en una forma de pensar (si es que a eso se le puede llamar pensar).
Porque se debe partir de la biología, solo debes preguntarte por qué una raja con olor a pescado te hace sentir tan bien, tan solo con verla te hace sentir que todo estará bien aunque no sea así. O unas simples tetas, que solo son dos masas de grasa.
Eso es porque la naturaleza en su infinita sabiduría nos hizo amar los coños y los senos, sin importar que seas mujer u hombre, eso no importa porque no estas excluido. Lo demás, si son construcciones sociales que nos inventamos para poder entender.
Y en ese camino a la compresión, nos perdimos en filosofía. Las preguntas que no tienen respuestas, no se deben responder; deben quedar ahí para hacer profundizar en las cosas y entender que hay cosas más allá de nuestra comprensión. Son problemas que no se deben resolver.
Su única utilidad es mostrarnos lo infinitamente insignificante que somos ante un universo infinito e indiferente de nuestra existencia. No te creas tan especial como para creer que puedes encontrar las repuestas; eso solo es una muestra de la estúpida vanidad y soberbia humana.